Horarios de la Adoración con el Evangelio del día en directo:
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El Evangelio de hoy (Lucas 21,20-28):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».
Textos para meditar:
Salmo 18 (17)
1 Al Director. Del siervo del Señor, David, que dirigió al Señor las palabras de esta canción, cuando el Señor lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. Dijo:
2 Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
3 Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. | Dios mío, peña mía, refugio mío, | escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
4 Invoco al Señor de mi alabanza | y quedo libre de mis enemigos.
5 Me cercaban olas mortales, | torrentes destructores me aterraban,
6 me envolvían las redes del abismo; | me alcanzaban los lazos de la muerte.
7 En el peligro invoqué al Señor, | grité a mi Dios: | desde su templo él escuchó mi voz, | y mi grito llegó a sus oídos.
8 Entonces tembló y retembló la tierra, | vacilaron los cimientos de los montes, | sacudidos por su cólera;
9 de su nariz se alzaba una humareda, | de su boca un fuego voraz, | y lanzaba carbones ardiendo.
10 Inclinó el cielo y bajó | con nubarrones debajo de sus pies.
11 Volaba a caballo de un querubín | cerniéndose sobre las alas del viento,
12 envuelto en un manto de oscuridad; | como un toldo, lo rodeaban | oscuro aguacero y nubes espesas;
13 al fulgor de su presencia, las nubes | se deshicieron en granizo y centellas.
14 Y el Señor tronaba desde el cielo, | el Altísimo hacía oír su voz:
15 disparando sus saetas, los dispersaba, | y sus continuos relámpagos los enloquecían.
16 El fondo del mar apareció, | y se vieron los cimientos del orbe, | cuando tú, Señor, lanzaste un bramido, | con tu nariz resoplando de cólera.
17 Desde el cielo alargó la mano y me agarró, | me sacó de las aguas caudalosas,
18 me libró de un enemigo poderoso, | de adversarios más fuertes que yo.
19 Me acosaban el día funesto, | pero el Señor fue mi apoyo:
20 me sacó a un lugar espacioso, | me libró porque me amaba.
21 El Señor retribuyó mi justicia, | retribuyó la pureza de mis manos,
22 porque seguí los caminos del Señor | y no me rebelé contra mi Dios;
23 porque tuve presentes sus mandamientos | y no me aparté de sus preceptos;
24 le fui enteramente fiel, | guardándome de toda culpa;
25 el Señor retribuyó mi justicia, | la pureza de mis manos en su presencia.
26 Con el fiel, tú eres fiel; | con el íntegro, tú eres íntegro;
27 con el sincero, tú eres sincero; | con el astuto, tú eres sagaz.
28 Tú salvas al pueblo afligido | y humillas los ojos soberbios.
29 Señor, tú eres mi lámpara; | Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.
30 Fiado en ti, me meto en la refriega, | fiado en mi Dios, asalto la muralla.
31 Perfecto es el camino de Dios, | acendrada es la promesa del Señor; | él es escudo para los que a él se acogen.
32 ¿Quién es Dios fuera del Señor? | ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?
33 Dios me ciñe de valor | y me enseña un camino perfecto;
34 él me da pies de ciervo, | y me coloca en las alturas;
35 él adiestra mis manos para la guerra, | y mis brazos para tensar la ballesta.
36 Me dejaste tu escudo protector, | tu diestra me sostuvo, | multiplicaste tus cuidados conmigo.
37 Ensanchaste el camino a mis pasos, | y no flaquearon mis tobillos.
38 Yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo, | y no me volvía sin haberlo aniquilado:
39 los derroté, y no pudieron rehacerse, | cayeron bajo mis pies.
40 Me ceñiste de valor para la lucha, | doblegaste a los que me resistían.
41 Hiciste volver la espalda a mis enemigos, | rechazaste a mis adversarios.
42 Pedían auxilio, pero nadie los salvaba; | gritaban al Señor, pero no les respondía.
43 Los reduje a polvo que arrebataba el viento; | los pisoteaba como barro de las calles.
44 Me libraste de las contiendas de mi pueblo, | me hiciste cabeza de naciones, | un pueblo extraño fue mi vasallo:
45 me escuchaban y me adulaban, | los extranjeros buscaban mi favor.
46 La gente extraña palidecía | y salía temblando de sus baluartes.
47 Viva el Señor, bendita sea mi Roca, | sea ensalzado mi Dios y Salvador:
48 el Dios que me dio el desquite | y me sometió los pueblos;
49 que me libró de mis enemigos, | me levantó sobre los que resistían | y me salvó del hombre cruel.
50 Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor, | y tañeré en honor de tu nombre:
51 Tú diste gran victoria a tu rey, | tuviste misericordia de tu ungido, | de David y su linaje por siempre.
Gracias, Romea. Preciosos comentarios
JESÚS mi todo, mi libertador y mi libertad. Te amo Señor y me refugio en Ti. Te doy gracias por tus manifestaciones de Amor que transforman mi corazón en amor. Soy toda tuya. Te ofrezco este día, y todo lo que acontecerá, por la salvación de las almas, para que seas conocido y amado en todas las naciones, por todas las criaturas. Me fío de Ti, Te adoro, Te espero y Te amo, por mi y por todos. Dulce Madre, gracias por permanecer con nosotros. Bendícenos y llévanos a Tu Hijo. Amén
Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar. Sea para siempre Bendito, alabado y Adorado. Gracias Señor por todo y por tanto. Tu lo sabes todo, Tu sabes que te amo.
"Yo quiero ser Jesús amado, como barro en manos del alfarero, toma mi vida, hazla de nuevo. Yo quiero ser, un vaso nuevo"... y estar siempre a Tu disposición.
Gracias Señor por la vida y ministerio Sacerdotal del Padre David y del Padre Alfredo. Cuida de ellos y haz de sus corazones depósitos de Tu Amor.