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Adoración al Santísimo con el Evangelio del día. 24 noviembre 2022.

Actualizado: 24 nov 2022

Horarios de la Adoración con el Evangelio del día en directo:


España: 09:30 AM

Buenos Aires: 05:30 AM

Bogotá: 03:30 AM

México DF: 02:30 AM

Miami: 03:30 AM

Los Ángeles: 00:30 AM


El Evangelio de hoy (Lucas 21,20-28):


EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción.

Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!

Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.

“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.

Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».


Textos para meditar:


Salmo 18 (17)


1 Al Director. Del siervo del Señor, David, que dirigió al Señor las palabras de esta canción, cuando el Señor lo libró de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. Dijo:

2 Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;

3 Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. | Dios mío, peña mía, refugio mío, | escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.

4 Invoco al Señor de mi alabanza | y quedo libre de mis enemigos.

5 Me cercaban olas mortales, | torrentes destructores me aterraban,

6 me envolvían las redes del abismo; | me alcanzaban los lazos de la muerte.

7 En el peligro invoqué al Señor, | grité a mi Dios: | desde su templo él escuchó mi voz, | y mi grito llegó a sus oídos.

8 Entonces tembló y retembló la tierra, | vacilaron los cimientos de los montes, | sacudidos por su cólera;

9 de su nariz se alzaba una humareda, | de su boca un fuego voraz, | y lanzaba carbones ardiendo.

10 Inclinó el cielo y bajó | con nubarrones debajo de sus pies.

11 Volaba a caballo de un querubín | cerniéndose sobre las alas del viento,

12 envuelto en un manto de oscuridad; | como un toldo, lo rodeaban | oscuro aguacero y nubes espesas;

13 al fulgor de su presencia, las nubes | se deshicieron en granizo y centellas.

14 Y el Señor tronaba desde el cielo, | el Altísimo hacía oír su voz:

15 disparando sus saetas, los dispersaba, | y sus continuos relámpagos los enloquecían.

16 El fondo del mar apareció, | y se vieron los cimientos del orbe, | cuando tú, Señor, lanzaste un bramido, | con tu nariz resoplando de cólera.

17 Desde el cielo alargó la mano y me agarró, | me sacó de las aguas caudalosas,

18 me libró de un enemigo poderoso, | de adversarios más fuertes que yo.

19 Me acosaban el día funesto, | pero el Señor fue mi apoyo:

20 me sacó a un lugar espacioso, | me libró porque me amaba.

21 El Señor retribuyó mi justicia, | retribuyó la pureza de mis manos,

22 porque seguí los caminos del Señor | y no me rebelé contra mi Dios;

23 porque tuve presentes sus mandamientos | y no me aparté de sus preceptos;

24 le fui enteramente fiel, | guardándome de toda culpa;

25 el Señor retribuyó mi justicia, | la pureza de mis manos en su presencia.

26 Con el fiel, tú eres fiel; | con el íntegro, tú eres íntegro;

27 con el sincero, tú eres sincero; | con el astuto, tú eres sagaz.

28 Tú salvas al pueblo afligido | y humillas los ojos soberbios.

29 Señor, tú eres mi lámpara; | Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.

30 Fiado en ti, me meto en la refriega, | fiado en mi Dios, asalto la muralla.

31 Perfecto es el camino de Dios, | acendrada es la promesa del Señor; | él es escudo para los que a él se acogen.

32 ¿Quién es Dios fuera del Señor? | ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?

33 Dios me ciñe de valor | y me enseña un camino perfecto;

34 él me da pies de ciervo, | y me coloca en las alturas;

35 él adiestra mis manos para la guerra, | y mis brazos para tensar la ballesta.

36 Me dejaste tu escudo protector, | tu diestra me sostuvo, | multiplicaste tus cuidados conmigo.

37 Ensanchaste el camino a mis pasos, | y no flaquearon mis tobillos.

38 Yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo, | y no me volvía sin haberlo aniquilado:

39 los derroté, y no pudieron rehacerse, | cayeron bajo mis pies.

40 Me ceñiste de valor para la lucha, | doblegaste a los que me resistían.

41 Hiciste volver la espalda a mis enemigos, | rechazaste a mis adversarios.

42 Pedían auxilio, pero nadie los salvaba; | gritaban al Señor, pero no les respondía.

43 Los reduje a polvo que arrebataba el viento; | los pisoteaba como barro de las calles.

44 Me libraste de las contiendas de mi pueblo, | me hiciste cabeza de naciones, | un pueblo extraño fue mi vasallo:

45 me escuchaban y me adulaban, | los extranjeros buscaban mi favor.

46 La gente extraña palidecía | y salía temblando de sus baluartes.

47 Viva el Señor, bendita sea mi Roca, | sea ensalzado mi Dios y Salvador:

48 el Dios que me dio el desquite | y me sometió los pueblos;

49 que me libró de mis enemigos, | me levantó sobre los que resistían | y me salvó del hombre cruel.

50 Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor, | y tañeré en honor de tu nombre:

51 Tú diste gran victoria a tu rey, | tuviste misericordia de tu ungido, | de David y su linaje por siempre.



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