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Evangelio 27 julio 2023 (Mt 13,10-17) Padre David de Jesús. Dios quiere que estemos alegres.

El Evangelio de hoy (Mt 13,10-17):

EN aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:

«¿Por qué les hablas en parábolas?»

Él les contestó:

«A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías:

“Oiréis con los oídos sin entender;

miraréis con los ojos sin ver;

porque está embotado el corazón de este pueblo,

son duros de oído, han cerrado los ojos;

para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,

ni entender con el corazón,

ni convertirse para que yo los cure”.

Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.

En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».

Textos para profundizar:

Filipenses 4,4:

4 Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos.

Concilio Vaticano II. Lumen Gentium:

41§2. En primer lugar es necesario que los Pastores del rebaño de Cristo, a imagen del sumo y eterno Sacerdote, Pastor y Obispo de nuestras almas, realicen su ministerio con santidad, alegría, humildad y valentía.

41§3. Los presbíteros han de rezar y ofrecer el sacrificio por sus fieles y por todo el Pueblo de Dios, como es su deber, siendo conscientes de lo que hacen e imitando lo que realizan. De esta manera, las preocupaciones apostólicas, las pruebas y las tristezas, lejos de ser un obstáculo, los llevarán a una mayor santidad, alimentando y cuidando su actividad con una dedicación generosa a la contemplación para alegría de toda la Iglesia.



1 comentario

1 comentário


Membro desconhecido
27 de jul. de 2023

Desde que tengo memoria siento un amor especial y un profundo respeto por los Sacerdotes. Este sentimiento ha ido creciendo y se ha extendido al Papa, a los Obispos, a los Diáconos y Seminaristas.


Diariamente ofrezco mis oraciones y pequeñas mortificaciones por su santidad, en adelante pediré también por su alegría, humildad y valentía.


Gracias Padre David, que el Señor le aumente estos dones que ya Usted ha recibido, al igual que el Padre Alfredo.


La Paz del Señor.


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