El Evangelio de hoy (Mt 25,1-13):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
“¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las prudentes:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
“Señor, señor, ábrenos”.
Pero él respondió:
“En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Textos para profundizar:
672. Cristo afirmó antes de su Ascensión que aún no era la hora del establecimiento glorioso del Reino mesiánico esperado por Israel (cf. Hch 1, 6-7) que, según los profetas (cf. Is 11, 1-9), debía traer a todos los hombres el orden definitivo de la justicia, del amor y de la paz. El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio (cf. Hch 1, 8), pero es también un tiempo marcado todavía por la "tribulación" (1 Co 7, 26) y la prueba del mal (cf. Ef 5, 16) que afecta también a la Iglesia (cf. 1 P 4, 17) e inaugura los combates de los últimos días (1 Jn 2, 18; 4, 3; 1 Tm 4, 1). Es un tiempo de espera y de vigilia (cf. Mt 25, 1-13; Mc 13, 33-37).
San Juan de la Cruz. Epistolario:
“... Ya sabe, hija, los trabajos que ahora se padecen. Dios lo permite para prueba de sus escogidos. En silencio y esperanza será nuestra fortaleza (Is. 30, 15)” (San Juan de la Cruz. Epistolario, 30).
Buenos días Padre David también para mi es un gusto y una bendición muy grande poder escuchar el evangelio cada día qué él Espíritu Santo y la Santísima Virgen María me permita vivir en silencio y esperanza bendecido día para toda nuestra familia de María con nosotros amén.🙏🙏💞💞❣️❣️
Buenas tardes, Padre David.
Quisiera compartir con Ud. un texto de Santa Teresa Benedicta de la Cruz que acabo de encontrar en Internet.
Cuando lo he leído me he acordado de la meditación que ha realizado Ud.
El texto dice lo siguiente:
«¡Que llega el Esposo! Salid a su encuentro» (Mt 25,6).
La unión del alma con Cristo es diferente de la comunión entre dos personas terrestres: empieza con el bautismo y se refuerza constantemente con los demás sacramentos; es una integración y una inyección de sabia –como nos lo dice el símbolo de la vid y los sarmientos (Jn 15). Esta unión con Cristo comporta un acercamiento de cada uno de los miembros con todos los demás cristianos. Así…
Gracias Padre David por contagiarme el gusto por el Evangelio, sigo aprendiendo cada día...
"Estad en vela porque no sabéis ni el día ni la hora", también este mandato debemos tenerlo en letras de oro en nuestras casas.
Dios ha querido que vivamos en este tiempo tan confuso, y si nos escogió para que seamos testigos de la instauración de la justicia, el amor y la paz, le pedimos que también nos dé la gracia de que, guiados por el Espíritu Santo, demos siempre testimonio del Señor con valentía.
Que gran regalo nos ha hecho Jesús al darnos a Santa María por Madre.
Reina de la Paz, despiértame y acompáñame en la silenciosa espera....
Viva María!
Santa Teresa Benedicta d…