El Evangelio de hoy (Jn 12,44-50):
✠
EN aquel tiempo, Jesús gritó diciendo:
«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».
Jesús sí que lo sabe todo y nos habla lo que le ha encargado el Padre, se nos manifiesta a través de Su Palabra, de nuestros formadores y de tantas otras maneras, pues para ÉL nada hay imposible.
Jesús, te ruego me envíes a Tu Espíritu Santo, abre mi entendimiento para encontrar y comprender la Verdad a través de la Palabra de Dios, dame discernimiento y un corazón manso y humilde para con él corresponder a tanto amor que de Dios recibo.
Madre mía, de nuevo acudo a tu auxilio que se haga en mi según la Voluntad de Dios.
La Paz del Señor
Jn 12:44-50. "Non judico". "No juzgo".
Cristo como luz ya viene
y quien con su cruz lo ha visto
ya está listo, luz ya tiene,
y no teme el veredicto.
Creyendo en Él no hay tiniebla,
su niebla va diluyendo,
huyendo de Él quien no acepta
en la tierra el sufrimiento.
Quien lo ha oído ha oído al Padre,
aún no es tarde para el juicio,
pues Cristo vino a salvarte,
no a juzgarte, aún hay sitio.
Quien no crea en su palabra
es ya cabra y no oveja,
no deja que su alma se abra,
rechaza la vida eterna.
Así en el día del juicio
lo que has dicho queda dicho,
tu castigo has merecido,
tu juicio has hecho…