El Evangelio de hoy (Mt 6,7-15):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».
Textos para profundizar:
2709. ¿Qué es esta oración? Santa Teresa responde: “No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (Santa Teresa de Jesús, Libro de la vida, 8).
Santa Teresa de Jesús. Libro de las moradas:
7. Porque me he alargado mucho en decir esto en otras partes, no lo diré aquí. Sólo quiero que estéis advertidas que, para aprovechar mucho en este camino y subir a las moradas que deseamos, no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho; y así lo que más os despertare a amar, eso haced. Quizá no sabemos qué es amar, y no me espantaré mucho; porque no está en el mayor gusto, sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios y procurar, en cuanto pudiéremos, no le ofender, y rogarle que vaya siempre adelante la honra y gloria de su Hijo y el aumento de la Iglesia Católica. Estas son las señales del amor, y no penséis que está la cosa en no pensar otra cosa, y que si os divertís un poco va todo perdido. (Santa Teresa de Jesús. Libro de las moradas 4,1,7).
San Juan de la Cruz. Cántico espiritual B:
9. Aquí es de notar que, cuando el alma llega a este estado, todo el ejercicio de la parte espiritual y de la parte sensitiva, ahora sea en hacer, ahora en padecer, de cualquier manera que sea, siempre la causa más amor y regalo en Dios, como habemos dicho; y hasta el mismo ejercicio de oración y trato con Dios que antes solía tener en otras consideraciones y modos, ya todo es ejercicio de amor. De manera que, ahora sea su trato cerca de lo temporal, ahora sea su ejercicio cerca de lo espiritual, siempre puede decir esta tal alma: Que ya sólo en amar es mi ejercicio. (San Juan de la Cruz. Cántico espiritual B 28,9).
Hola padrecitos!!! escribí este pequeño tratadito sobre la oración y también un consejito, que es muy importante y yo diría fundamental cumplirlo para que ese Mal Espíritu no nos aleje de Dios y de la oración. Esto que cuento me pasa muy seguido, y me siento muy avergonzada, porque yo que me paso diciendo y diciéndole a Dios que lo amo, y en cuanto me vienen esas cosas me hundo en una mezcla de tristeza y confusión y tengo que luchar mucho para vencerlas y me siento más indigna que nunca de volver a los brazos del Señor, pero para mi asombro, pasa la tormenta de esta lucha espiritual, y Jesús me abraza, y yo, muerta de verguenza pero aún…
Buen y bendecido día mis queridos hermanitos en la fe, Padre David gracias por tanto amor derramado en sus reflexiones!! Mi oración vale tanto como si supiera hablar bien, expresarme muy bien, no depende de mi capacidad de concentración o de hacer elevadas consideraciones, aunque me parezca que no se meditar, aunque otras veces no me dice nada... o no sepa que pensar. Sus palabras reflejan lo que me ocurre tantísimas veces. Cuánta tranquilidad me transmiten todas sus reflexiones...lo escuchaba atentamente y registraba en mi mente llegando a la conclusión: "esto me pasa a mi..." he llegado a pensar en una santa indiferencia...para dar tranquilidad a mis dispersiones, o para tratar de justificar esa falta de concentración...Y usted nos d…
¡Ven Señor con Tu Amor a ejercitar mi amor!
María, enséñame a orar.
Gracias Padre David por sus palabras tan hermosas. Me ayudan mucho a entender el Evangelio y mejorar en mi oración y relación con mi amado Jesús.
Mt 6:7-15. "Multum loqui". "Mucho hablar".
¿Qué puedo decirle a Dios?
¿Cómo hacerle una oración?
No tengo mucha dicción
ni sé dar conversación.
Y no me sé concentrar,
me lío con facilidad,
pasa una mosca y ya está.
¡Qué desastre! No sé orar.
Y leyendo el Evangelio
de lo que habla no me entero,
tengo un problema muy serio,
las lecturas no comprendo.
No sé hablar ni decir cosas,
no digo frases hermosas
ni siento esas mariposas
que tanto gustan a otras.
Muchas cosas he de hacer
pero un rato emplearé
para a solas irlo a ver,
sin que nadie cerca esté.
Iré a Dios y no haré nada,
voy a quedarme sentada
viendo el sagrario embobada,
esperando a ver…