El Evangelio de hoy (Lc 4,24-30):
✠
HABIENDO llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
Textos para profundizar:
Concilio Vaticano II. Perfectae caritatis:
14. Los religiosos, por la profesión de la obediencia, ofrecen a Dios la entrega total de su voluntad como el sacrificio de sí mismos. Así se unen con más firmeza y facilidad a la voluntad salvadora de Dios. Jesucristo vino a hacer la voluntad del Padre (cf. Jn 4,34; 5,30; Heb 10,7; Sal 39,9) y, «tomando la condición de esclavo» (Flp 2,7), aprendió a obedecer con lo que sufrió (cf. Heb 5,8). Siguiendo su ejemplo, los religiosos, por la acción del Espíritu Santo, se someten con fe a sus superiores, representantes de Dios, que los dirigen a servir a todos los hermanos en Cristo, como Cristo mismo por su sumisión al Padre, se puso al servicio de sus hermanos y entregó su vida en rescate por muchos (cf. Mt 20,28; Jn 10,14-18). Así quedan estrechamente ligados al servicio de la Iglesia e intentan llegar a la madurez de la plenitud de Cristo (cf. Ef 4,13).
Los religiosos, por tanto, con espíritu de fe y de amor a la voluntad de Dios, deben obedecer humildemente a sus superiores según la norma de las reglas y constituciones. Han de aplicar todas las energías de su inteligencia y voluntad, así como los dones de la naturaleza y de la gracia, al cumplimiento de lo mandado y a la realización de las tareas que se les han encargado. Lo harán convencidos de que colaboran a la construcción del Cuerpo de Cristo según el plan de Dios. Así, la obediencia religiosa, en vez de atentar contra la dignidad de la persona humana, la lleva a la plenitud, pues la enriquece con la libertad de los hijos de Dios. (Concilio Vaticano II. Perfectae caritatis 14).
2103. La Iglesia reconoce un valor ejemplar a los votos de practicar los consejos evangélicos (cf. CIC can. 654).
«La santa madre Iglesia se alegra de que haya en su seno muchos hombres y mujeres que siguen más de cerca y muestran más claramente el anonadamiento de Cristo, escogiendo la pobreza con la libertad de los hijos de Dios y renunciando a su voluntad propia. Estos, pues, se someten a los hombres por Dios en la búsqueda de la perfección más allá de lo que está mandado, para parecerse más a Cristo obediente» (LG 42).
Amado Jesús, yo quiero seguirte a Ti que eres Camino, Verdad y Vida.
Envíame Tu Santo Espíritu para que ilumine mi inteligencia, mi memoria y mi voluntad, siendo la Voluntad Divina mi rectora, haz que me deje tocar por su luz para que pueda yo saber cuál es la Voluntad de Dios para mi cada día. Dame la gracia de ejercer mi voluntad humana sólo para renunciar a ella y elegir la Voluntad Divina.
Dulce Reina de la Paz, Tu eres mi Madre y Maestra, conoces mi debilidad, enséñame siempre la Voluntad de Dios, dame la gracia de perseverar con firmeza en esta decisión de renunciar a mi pobre voluntad, asísteme en este intento de seguir los pasos de Jes…
Lc 4:24-30. "Ipse autem transiens". "Pero seguía su camino".
Por decirles la verdad
lo querían despeñar,
los de su misma ciudad.
La envidia, qué gran maldad.
Pese a la dificultad
Él seguía su camino,
nos quieren hacer fallar,
que abandonemos a Cristo.
Conocer su voluntad,
¿qué quiere Dios que yo haga?
Síguelo con libertad,
hacerlo caiga quien caiga.
Van a caer tus hermanos,
van a caer tus amigos,
tus padres, esposa e hijos,
podrías caer tú mismo.
Y te van a presionar,
te intentarán doblegar
con chantaje emocional,
te quieren encadenar.
Ellos siguen en pecado
al dictado de sus ganas,
continúan siendo esclavos,
quizás con tu ejemplo cambian.
Mirando a los consagrados
aprendo a Dios la obediencia.
El monasterio, un…