Evangelio 18 enero 2024 (Mc 3,7-12) Padre David de Jesús. No te acostumbres a Jesús.
- María con nosotros
- 17 ene 2024
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El Evangelio de hoy (Mc 3,7-12):
✠
EN aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea.
Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
Buen y bendecido día para todos!! Señor te pedimos por la unidad de todos los cristianos...
Madre pon tu paz en mí corazón para renovar cada día mí conversión, pon tu paz en el corazón de mí familia y seres queridos...pon tu paz en el corazón de nuestras comunidades para que todos trabajemos unidos en tu amor ...pon tu paz en los corazones de nuestros gobernantes para que privilegien a los más pequeños, pobres y necesitados...pon tu paz en mí Patria para que ya no exista el odio ni la violencia...pon tu paz en nuestros países hermanos...para que cada corazón viva una experiencia real del amor de tu Hijo...mí amado Jesús!!!
Madre ruego por tus planes, para que triunfe tu…
¡¡¡Gracias Señor porque me has salvado!!!
Aumenta en mi la capacidad de asombro, la alegría de sentirme amada hasta el extremo por Tí, el gozo inefable de verte aparecer en cada Eucaristía para tocarme y dejarte tocar por mí, la delicia de poderte descubrir tan cercano en cada Evangelio, el hacer consciencia de que, aunque no lo vea ni lo sienta, Tú me abrazas y Te compadeces de mí cuando te visito y te acompaño expuesto en la Custodia.
Tú sí que me sorprendes Señor, has hecho cosas inimaginables en mi vida. Y yo, qué puedo darte para agradecer tanto que de Tí recibo?
Madre mía, ayúdame a entregarme toda a Jesús, a entregarle mis pecados, mis heridas, mi fragilida…
Hermosas palabras.
Yo también lo hubiese hecho.
Padre David, sinceramente sus palabras me impactaron, pues como usted nos dice "nos acostumbramos a Jesús". Tengo que admitir que tengo que empezar a meditar más en cuán afortunada soy de que Él esté en mi vida y me proteja. Gracias nuevamente porque sus prédicas me están ayudando tanto en mi existir cotidiano, con la ayuda de María santísima.