Creo, Jesús mío,
que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte en mi alma.
Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
(Breve pausa)
Te abrazo como si ya te hubiese recibido,
y me uno totalmente a Ti.
Oh, Señor, no permitas que jamás
me separe de Ti.
Amén.
San Alfonso María de Ligorio
Es tan grande Tu poder, es tan inconmensurable Tu amor, que puedes estar con Tu presencia real en cada Sagrario, en cada Misa, en cada Hostia consagrada, en cada alma que te llama...
Ven Señor Jesús...
Como si ya te hubiese recibido me abrazo y me uno del todo a Ti. No permitas que nada ni nadie me separe de Ti.