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Evangelio 15 noviembre 2023 (Lc 17,11-19) Padre David de Jesús. ¿Quieres sentirte lleno?

El Evangelio de hoy (Lc 17,11-19):

UNA vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:

«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».

Al verlos, les dijo:

«Id a presentaros a los sacerdotes».

Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano.

Jesús, tomó la palabra y dijo:

«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».

Y le dijo:

«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

Textos para profundizar:

Santa Teresa de Jesús. Poesías:

2. Vuestra soy, para Vos nací

Veis aquí mi corazón,

yo le pongo en vuestra palma,

mi cuerpo, mi vida y alma,

mis entrañas y afición;

dulce Esposo y redención,

pues por vuestra me ofrecí:

¿qué mandáis hacer de mí?


Dadme muerte, dadme vida:

dad salud o enfermedad,

honra o deshonra me dad,

dadme guerra o paz crecida,

flaqueza o fuerza cumplida,

que a todo digo que sí:

¿qué mandáis hacer de mí?


Dadme riqueza o pobreza,

dad consuelo o desconsuelo,

dadme alegría o tristeza,

dadme infierno o dadme cielo,

vida dulce, sol sin velo,

pues del todo me rendí:

¿qué mandáis hacer de mí?


Si queréis, dadme oración,

si no, dadme sequedad,

si abundancia y devoción,

y si no esterilidad.

Soberana Majestad,

sólo hallo paz aquí:

¿qué mandáis hacer de mi?



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Romea Serani
Romea Serani
15 พ.ย. 2566

Amado Jesús, guardadas las proporciones, concédeme la gracia de recibir Tus dones con el mismo amor y la misma delicadeza con que Tú me los das. Que Tu Amor no pase desapercibido.

Te entrego mi pobre voluntad humana para que Tu la transformes en Voluntad Divina, que lo que Tu quieres yo lo quiera y lo que Tu no quieres yo no lo quiera.

Que cada encuentro contigo en la Eucaristía y en la oración sea como vivir el Cielo en la tierra, como la silenciosa pero elocuente mirada de dos enamorados.

Me fío de Ti, me abandono en Ti, en Tu Voluntad soy feliz y estoy segura.

Gracias Señor por todo y por tanto...que mi vida sea una canción…


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