El Evangelio de hoy (Lc 21,29-33):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola:
Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano.
Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
Textos para profundizar:
Primera Lectura Ap 20,1-4.11-21,2
YO, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una cadena grande en la mano. Sujetó al dragón, la antigua serpiente, o sea, el Diablo o Satanás, y lo encadenó por mil años; lo arrojó al abismo, echó la llave y puso un sello encima, para que no extravíe a las naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que ser desatado por un poco de tiempo. Vi unos tronos y se sentaron sobre ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su marca en la frente ni en la mano. Estos volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años.
Vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. De su presencia huyeron cielo y tierra, y no dejaron rastro. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el de la vida. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros. El mar devolvió a sus muertos, Muerte y Abismo devolvieron a sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después, Muerte y Abismo fueron arrojados al lago de fuego —el lago de fuego es la muerte segunda—. Y si alguien no estaba escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.
Gracia por su dedicación en enseñarnos la palabra de nuestro señor Jesucristo.
Padre David de Jesús, le puedo asegurar que Ud. no está bastante mayor; y para recuperarse de la fatiga y de los suspiros, lo combate (se lo aseguro esto también) con el magnesio; diariamente… y lo otro es de esperar 3 horas después de comer para beberse toda el agua que quiere porque sinó está lavando los jugos gástricos que están tratando de hacer su trabajo de digestión. Haga la prueba, por favor. Le queremos!
Padre David, espero con ansias y sed esa tierra nueva. Este mundo está lleno de presiones innecesarias. Tal es así que amaría tener una vida simple, sencilla pero no me acompañan. Tendría que convertirme en ermitaña para lograrlo. Un abrazo!
Querida familia, la Paz del Señor:
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Qué alegría Padre David poderlo escuchar y la maravillosa explicación del evangelio muchas gracias.🙏🏼🙏🏼💖💖