El Evangelio de hoy (Mt 14,1-12):
✠
EN aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:
«Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.
Ella, instigada por su madre, le dijo:
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.
Textos para profundizar:
Primera Lectura Jer 26,11-16.24
EN aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los magistrados y a la gente:
«Este hombre es reo de muerte, pues ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis podido oír vosotros mismos».
Jeremías respondió a los magistrados y a todos los presentes:
«El Señor me ha enviado a profetizar contra este templo y esta ciudad todo lo que acabáis de oír.
Ahora bien, si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones y escucháis la voz del Señor vuestro Dios, el Señor se arrepentirá de la amenaza que ha pronunciado contra vosotros.
Yo, por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que mejor os parezca.
Pero sabedlo bien: si me matáis, os haréis responsables de sangre inocente, que caerá sobre vosotros, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque es cierto que el Señor me ha enviado para que os comunique personalmente estas palabras».
Los magistrados del pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas:
«Este hombre no es reo de muerte, pues nos ha hablado en nombre del Señor nuestro Dios».
Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías para que no lo entregaran al pueblo y le dieran muerte.
Amado Jesús dame la gracia de actuar con premura sólo para hacer Tu Divina Voluntad.
Que pueda discernir y encomendar mis decisiones a la acción del Espíritu Santo.
Gracias por darme la oportunidad de ejercitarme en los desapegos y de sentirme más libre. Así te ha parecido bien y lo acepto con amor y paz en el corazón.
Gracias también por el Sacramento de la Confesión que me reconcilia contigo y me anima a levantarme confiadamente cada vez que caigo.
En este primer sábado del mes, renuevo mi consagración a la Santísima Virgen María y le ofrezco mi oración y comunión reparadora.
La Paz del Señor.
Mt 14:1-12. "Virtutes". "Fuerzas milagrosas".
Pecar te hace infeliz,
el pecado nos oprime
y no te deja vivir,
haré lo que Dios me pide.
Porque quiero ser feliz
y pecando no se vive,
a Jesús voy a seguir,
quien lo sigue lo consigue.
Y lo voy a conseguir
si Dios así lo decide,
la gracia voy a pedir,
esperaré a ver qué dice.
Fuerzas milagrosas vi
y que Jesús me bendice,
qué bien me voy a sentir
haciendo lo que me pide.
De su cuerpo vi salir
luces de todos matices
y al cielo lo vi subir,
lo acompañan serafines.
Qué suerte que le pedí,
qué afortunado que fui,
pero qué bien se está aquí,
no voy a dejarlo ir.