El Evangelio de hoy (Jn 16,12-15):
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EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discÃpulos:
   «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el EspÃritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mÃo y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mÃo. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mÃo y os lo anunciará».
Textos para profundizar:
79. AsÃ, la comunicación que el Padre ha hecho de sà mismo por su Verbo en el EspÃritu Santo sigue presente y activa en la Iglesia: "Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado; asà el EspÃritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Cristo" (DV 8).
731. El dÃa de Pentecostés (al término de las siete semanas pascuales), la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del EspÃritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina: desde su plenitud, Cristo, el Señor (cf. Hch 2, 36), derrama profusamente el EspÃritu.
732. En este dÃa se revela plenamente la SantÃsima Trinidad. Desde ese dÃa el Reino anunciado por Cristo está abierto a todos los que creen en Él: en la humildad de la carne y en la fe, participan ya en la comunión de la SantÃsima Trinidad. Con su venida, que no cesa, el EspÃritu Santo hace entrar al mundo en los "últimos tiempos", el tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavÃa no consumado:
«Hemos visto la verdadera Luz, hemos recibido el EspÃritu celestial, hemos encontrado la verdadera fe: adoramos la Trinidad indivisible porque ella nos ha salvado» (Oficio Bizantino de las Horas. Oficio Vespertino del dÃa de Pentecostés, Tropario 4).