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Evangelio de hoy martes 17 junio 2025. Un poco de testimonio personal (Mt 5,43-48)

El Evangelio de hoy (Mt 5,43-48):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«¿Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Textos para profundizar:

Primera Lectura   2 Cor 8,1-9 

OS informamos, hermanos, de la gracia que Dios ha concedido a las Iglesias de Macedonia: en las pruebas y tribulaciones ha crecido su alegría, y su pobreza extrema se ha desbordado en tesoros de generosidad.

Puesto que, según sus posibilidades, os lo aseguro, e incluso por encima de sus posibilidades, con toda espontaneidad nos pedían insistentemente la gracia de poder participar en la colecta en favor de los santos.

Y, superando nuestras expectativas, se entregaron a sí mismos, primero al Señor y además a nosotros, conforme a la voluntad de Dios.

En vista de eso, le pedimos a Tito que concluyera esta obra de caridad entre vosotros, ya que había sido él quien la había comenzado.

Y lo mismo que sobresalís en todo ‒en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño y en el amor que os hemos comunicado‒ sobresalid también en esta obra de caridad.

No os lo digo como un mandato, sino que deseo comprobar, mediante el interés por los demás, la sinceridad de vuestro amor.

Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza.

Santa Teresa de Jesús. Libro de la vida:

4. Una de las cosas por que me animé -siendo la que soy- a obedecer en escribir esto y dar cuenta de mi ruin vida y de las mercedes que me ha hecho el Señor, con no servirle sino ofenderle, ha sido ésta. Que cierto, yo quisiera aquí tener gran autoridad para que se me creyera esto. Al Señor suplico Su Majestad la dé. Digo que no desmaye nadie de los que han comenzado a tener oración, con decir: «si torno a ser malo, es peor ir adelante con el ejercicio de ella». Yo lo creo, si se deja la oración y no se enmienda del mal; mas, si no la deja, crea que la sacará a puerto de luz. Hízome en esto gran batería el demonio, y pasé tanto en parecerme poca humildad tenerla, siendo tan ruin, que, como ya he dicho, la dejé año y medio -al menos un año, que del medio no me acuerdo bien. Y no fuera más, ni fue, que meterme yo misma sin haber menester demonios que me hiciesen ir al infierno. ¡Oh, válgame Dios, qué ceguedad tan grande! ¡Y qué bien acierta el demonio para su propósito en cargar aquí la mano! Sabe el traidor que alma que tenga con perseverancia oración la tiene perdida y que todas las caídas que la hace dar la ayudan, por la bondad de Dios, a dar después mayor salto en lo que es su servicio: ¡algo le va en ello! (Santa Teresa de Jesús. Libro de la vida 19,4).



3 comentarios


Constanza
17 jun

Buen día padre, Dios lo bendiga, amar al enemigo no es fácil pero es más difícil vivir llenos de rencor y odio, doy gracias a Dios de no conocer esos sentimientos y todos los días oro para que justo en este momento en mi país reine La Paz, oro para que las palabras de odio de

Muchos no instiguen a las personas a destruir La Paz de esta tierra tan bella y azotada por la

Violencia y el odio entre las personas, este odio que está cegando la vida de personas inocentes, acabando con las familias dejando hijos pequeños huérfanos, le pido al Señor que llene todos los corazones de bondad para que recibamos el mal con bien, para que…

Editado
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Concédenos Señor la gracia de ser perfectos en el amor amando a nuestros enemigos y rezando por los que nos persiguen, para que seamos hijos del Padre celestial.

La Paz del Señor

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edu
17 jun

Gracias, padre Caja por esas reflexiones. Pienso que si amamos a nuestros enemigos, ya no tendremos enemigos, porque el amor los hará cambiado en nuestro corazón y seremos libres de las cadenas del odio y el rencor. ¡Ciertamente, Jesús es liberador!

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