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Evangelio de hoy martes 4 noviembre 2025. ¿Existe la felicidad total? (Lc 14,15-24)

El Evangelio de hoy (Lc 14,15-24):

EN aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús:

«¡Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!».

Jesús le contestó:

«Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados:

“Venid, que ya está preparado”.

Pero todos a una empezaron a excusarse.

El primero le dijo:

“He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor”.

Otro dijo:

He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor.

Otro dijo:

“Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir”.

El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado:

“Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.

El criado dijo:

“Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio”.

Entonces el señor dijo al criado:

“Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se llene mi casa. Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete”».

Textos para profundizar:

Primera Lectura   Rom 12,5-16

HERMANOS:

Nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada cual existe en relación con los otros miembros.

Teniendo dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado, deben ejercerse así: la profecía, de acuerdo con la regla de la fe; el servicio, dedicándose a servir; el que enseña, aplicándose a la enseñanza; el que exhorta, ocupándose en la exhortación; el que se dedica a distribuir los bienes, hágalo con generosidad; el que preside, con solicitud; el que hace obras de misericordia, con gusto.

Que vuestra amor no sea fingido; aborreciendo lo malo, apegaos a lo bueno.

Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor.

Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.

Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis.

Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran.

Tened la misma consideración y trato unos con otros: sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde. No os tengáis por sabios.

4 comentarios


MD
05 nov

Esperanza cristiana. Virtud que nos da los condimentos de nuestra felicidad. Gracias Padre por explicarlo tan claramente.

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Olga Lucía Cortés
04 nov

La felicidad está en relación con la paz interior que sólo nos la da el Señor 🙏🙏 vivir en unión constante con Él en oración y conversión.

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Sofía
04 nov

Hola Padre David!! Ser más feliz sería entonces un indicador que se ha avanzado en la vida espiritual? :)))

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Aceptar que mientras estemos en esta vida la felicidad puede estar acompañada de cruz, y tener la certeza de que la felicidad plena tiene un nombre, JESÚS.

Esto facilita mucho las cosas y nos permite empezar a gozar la esperanza viva que tenemos de llegar al Cielo, con la ayuda de Dios y de la Virgen.

De nuevo gracias Padre David por sus reflexiones al Santo Evangelio.

La Paz del Señor.

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