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Evangelio de hoy miércoles 3 diciembre 2025. La oración nos sana (Mt 15,29-37)

El Evangelio de hoy (Mt 15,29-37):

EN aquel tiempo, Jesús, se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.

Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies, y él los curaba.

La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».

Los discípulos le dijeron:

«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».

Jesús les dijo:

«¿Cuántos panes tenéis?».

Ellos contestaron:

«Siete y algunos peces».

Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.

Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.

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AQUÍ PUEDES ENCONTRAR LA ORACIÓN DE LA MAÑANA CON EL PADRE ALFREDO:

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Textos para profundizar:

Oración colecta

SEÑOR y Dios nuestro,

prepara nuestros corazones con tu poder divino,

para que cuando llegue Cristo, tu Hijo,

nos encuentre dignos del banquete de la vida eterna

y merezcamos recibir de su mano el alimento celestial.

Por nuestro Señor Jesucristo.

Salmo responsorial   Sal 22,1-6 (R/.:6cd)

R/.   Habitaré en la casa del Señor

        por años sin término.

        V/.   El Señor es mi pastor, nada me falta:

                en verdes praderas me hace recostar;

                me conduce hacia fuentes tranquilas

                y repara mis fuerzas.   R/.

        V/.   Me guía por el sendero justo,

                por el honor de su nombre.

                Aunque camine por cañadas oscuras,

                nada temo, porque tú vas conmigo:

                tu vara y tu cayado me sosiegan.   R/.

        V/.   Preparas una mesa ante mí,

                enfrente de mis enemigos;

                me unges la cabeza con perfume,

                y mi copa rebosa.   R/.

        V/.   Tu bondad y tu misericordia me acompañan

                todos los días de mi vida,

                y habitaré en la casa del Señor

                por años sin término.   R/.

Oración después de la comunión

IMPLORAMOS tu misericordia, Señor,

para que este divino alimento que hemos recibido,

nos purifique del pecado

y nos prepare a las fiestas que se acercan.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

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