Evangelio de hoy Sábado 11 octubre 2025. Feliz el que escucha la Palabra de Dios (Lc 11,27-28)
- María con nosotros
- 10 oct
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El Evangelio de hoy (Lc 11,27-28):
✠
EN aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Textos para profundizar:
Joel 4,18-21:
Aquel día | las montañas chorrearán vino nuevo, | las colinas rezumarán leche | y todos los torrentes de Judá | bajarán rebosantes. | Y brotará una fuente de la casa del Señor | que regará el valle de Sitín.
Egipto será una desolación | y Edón un desierto solitario, | por la violencia ejercida contra Judá, | cuya sangre inocente derramaron en su país.
Judá será habitada para siempre | y Jerusalén de generación en generación.
Vengaré su sangre, no quedará impune. | El Señor vive en Sión.
La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia
131. «Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye sustento y vigor para la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual» (DV 21). «Los fieles han de tener fácil acceso a la Sagrada Escritura» (DV 22).
132. «La sagrada Escritura debe ser como el alma de la sagrada teología. El ministerio de la palabra, que incluye la predicación pastoral, la catequesis, toda la instrucción cristiana y, en puesto privilegiado, la homilía, recibe de la palabra de la Escritura alimento saludable y por ella da frutos de santidad» (DV 24).
133. La Iglesia «recomienda de modo especial e insistentemente a todos los fieles [...] la lectura asidua de las divinas Escrituras para que adquieran "la ciencia suprema de Jesucristo» (Flp 3,8), «pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo» (DV 25; cf. San Jerónimo, Commentarii in Isaiam, Prólogo: CCL 73, 1 [PL 24, 17]).





"Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo".
Gracias Madre mía por permanecer con nosotros en esta familia espiritual. Gracias Padre David por poner cada día a nuestra disposición esta fuente límpida e inagotable que sacia nuestra sed de Dios. Gracias al Padre Alfredo por la oración y adoración al Santísimo de cada día y en especial la dominical con la liturgia completa. Vuestro Amor por el Evangelio es contagioso y nos hace mucho bien.
Dulce Madre, renuevo mi consagración a Ti y te pido me envíes el Espíritu Santo para descubrir y poner en práctica todo lo que el Señor me dice a través de Su Bendita Palabra.
La Paz del Señor.