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Gracias Jesús por Tu encarnación y Tu presencia real entre nosotros que nos abre las puertas del Cielo y nos permite vislumbrar el Amor del Padre y del Espíritu Santo, dándole pleno sentido a nuestra existencia.

Señor, Tú eres nuestro refugio y camino que nos conduce al cielo, nos iluminas con Tu sabiduría y prudencia, para que, con sensatez, busquemos los bienes eternos.

Señor, haz que el conocimiento de Ti sea nuestra nueva vestidura con la que nos permitirás entrar a la verdadera y eterna morada.

Yo sé Señor que mi vida depende de Ti y eso me llena de esperanza, porque confío en Tu Misericordia y me gozo en Tu Amor infinito. Tú eres mi tesoro. Gracias por cuidar…


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