Jesús, enséñanos a orar. Que tu Palabra sea lámpara para nuestros pasos, luz en nuestro sendero.
María, alcánzanos de tu Hijo, al que adoramos presente en el Santísimo Sacramento, la gracia de vivir siempre de la Palabra salida de sus labios.
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Oh Jesús, siervo sufriente, cargaste con nuestros crímenes y justificándonos le diste sentido a nuestro sufrimiento, que unido a Tu dolorosa pasión, quiere saciar las ansias redentoras de Tu Sagrado Corazón.
Antes de esperar Tu Misericordia, ya habías puesto Tus ojos sobre nosotros para librarnos de la muerte y reanimarnos en tiempos de privación y de prueba. Solo Tú Señor puedes mantenernos firmes en la Fe.
Jesús mío, me postro ante Tu presencia Eucarística y te pido perdón por mi soberbia y egoísmo. Sólo Tú puedes cambiar mi corazón. Te lo entrego para que lo hagas de nuevo a Tu modo y no al mío.
María, Tú con nosotros y nosotros contigo. Tú eres prenda de nuestra salvación. Con Tus…