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Evangelio 13 enero 2024 (Mc 12,13-17) Padre David de Jesús. Abraza al pequeño.

El Evangelio de hoy (Mc 12,13-17):

✠

EN aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.

Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:

    «Sígueme».

Se levantó y lo siguió.

Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.

Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:

    «¿Por qué come con publicanos y pecadores?»

Jesús lo oyó y les dijo:

    «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

Textos para profundizar:

Concilio Vaticano II. Lumen gentium:

Cristo fue enviado por el Padre «a anunciar la Buena Noticia a los pobres... a sanar a los de corazón destrozado» (Lc 4,18), «a buscar y salvar lo que estaba perdido» (Lc 9,10). Del mismo modo la Iglesia abraza con amor a todos los que sufren bajo el peso de la debilidad humana; más aún, descubre en los pobres y en los que sufren la imagen de su Fundador pobre y sufriente, se preocupa de aliviar su miseria y busca servir a Cristo en ellos. Mientras que Cristo, «santo, inocente, sin mancha» (Heb 7,26), no conoció el pecado (cf. 2 Cor 5,21), sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo (cf. Heb 2,17), la Iglesia, en cambio, abrazando en su seno a pecadores, es santa y a la vez siempre necesitada de purificación, y busca sin cesar la conversión y la renovación. (Concilio Vaticano II. Lumen gentium 8c).



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