El Evangelio de hoy (Mt 1,18-24):
✠
LA generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
Textos para profundizar:
Antífona de entrada Cf. Is 49, 13
Vendrá Cristo, nuestro Rey, a quien Juan anunció como el Cordero que había de venir.
PRIMERA LECTURA Jer 23, 5-8
Lectura del libro de Jeremías.
MIRAD que llegan días ‒oráculo del Señor‒
en que daré a David un vástago legítimo:
reinará como monarca prudente,
con justicia y derecho en la tierra.
En sus días se salvará Judá,
Israel habitará seguro.
Y le pondrán este nombre:
«El-Señor-nuestra-justicia».
Así que llegan días ‒oráculo del Señor‒ en que ya no se dirá: «Lo juro por el Señor, que sacó a los hijos de Israel de Egipto», sino: «Lo juro por el Señor, que sacó a la casa de Israel del país del norte y de los países por donde los dispersó, y los trajo para que habitaran en su propia tierra».
Oración después de la comunión
SEÑOR, que recibamos tu misericordia
en medio de tu templo
y preparemos dignamente
las fiestas cercanas de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Glorioso San José, con mi admiración y amor hacia Ti, por los méritos de tu humildad y de tu obediencia, te ruego intercedas por mi ante Tu Amadísimo Hijo, mi Señor Jesucristo, para que ÉL aumente en mi la confianza y la esperanza en Dios y en sus promesas y me dé una gota de tu humildad. Te quiero imitar, como quiero imitar a mi Madre, María, por eso pido la intercesión de los dos y ofrendo mi vida a Jesús para aliviarle sus padecimientos, aunque sea un poquito.
¡San José, ruega por la Iglesia y por todas las familias y provéenos!
Gracias Padre David por dedicar su explicación del Evangelio
de hoy a exaltar la figura portentosa de nuestro…