Evangelio 9 febrero 2024 (Mc 7,31-37) Padre David de Jesús. Mirar al Cielo.
- María con nosotros
- 8 feb 2024
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El Evangelio de hoy (Mc 7,31-37):
✠
EN aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.
El les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.
Y en el colmo del asombro decían:
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Textos para profundizar:
Primera Lectura 1 Re 11, 29-32; 12, 19
SUCEDIÓ entonces que Jeroboán salía de Jerusalén y se le presento el profeta Ajías de Siló cubierto con un manto nuevo.
Estando los dos solos en campo abierto, tomó Ajías el manto nuevo que llevaba puesto, lo rasgó en doce jirones y dijo a Jeroboán:
«Toma diez jirones para ti, porque así dice el Señor, Dios de Israel: “Rasgaré el reino de manos de Salomón y te daré diez tribus. La otra tribu será para él, en atención a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que me elegí entre todas las tribus de Israel”».
Así Israel se rebeló contra la casa de David, hasta el día de hoy.
Salmo responsorial Sal 80, 10 11 ab. 12-13. 14-15.
R. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
V. No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué de la tierra de Egipto. R.
V. Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R.
V. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R.
Buen y bendecido día mis queridos hermanos!!! Gracias Padre David como cada día por ayudarnos en este camino tras las huellas de Jesús...Hoy llega a mi corazón: "todo lo ha hecho bien" ...vio que era bueno...Aunque solo Él es el absoluto Bueno.
En lo personal, cuantas veces sentí o creí que era buena!!! Y que lejos de ello estoy...aunque no cometo males graves de forma consciente o de acuerdo a mis criterios, que en verdad no siempre coincidan con los criterios del Señor, tampoco hago todo el bien que puedo, quiero, deseo...a veces cuando me falta la alegría...a veces cuando me falta la humildad, otras veces cuando me falta Tu paz...y así seguiría con una lista interminable...cuando no puedo reconoce…
Cordiales saludos padre David de Jesús!!! levantar la mirada al cielo se nos hace inevitable!!! Creo que las virtudes teologales cuando toman el poder en el alma nos llevan a levantar los ojos al cielo. Les cuento por qué lo pienso. Que Jesús y María nos lleven al Cielo!!! Amén.
Creo que muchos nacemos siendo sordos mudos espirituales, podremos estar muy sanos del oído físico y de la lengua pero muy sordos para escuchar la voz de Dios. Cuantos escuchan sin verdaderamente oír la voz de Dios! Yo fui una de esos, escuchaba muy bien pero como dice ese dicho: me entraba por una oreja y me salía por la otra. Estaba sorda para Dios y por lo tanto muda,…
Gracias Jesús, porque nos apartas de la gente y en privado nos sanas, nos amas y nos permites descansar en Tu Corazón que es inconmensurablemente bondadoso.
Miro al cielo, suspiro y desde lo más profundo me sale un inmenso ¡gracias por Tu Amor Trinitario!
Madre mía, ayúdame a tener un corazón bondadoso, a conocer a Dios y a confiar absolutamente en ÉL.
Mc 7:31-37. "Suspiciens in cælum". "Mirando al cielo".
Mirando al cielo la veo
y le digo que la quiero,
mirándome desde el cielo
veo a la Virgen sonriendo.
Cuando no oigo miro al cielo
y "Effetá" escucho a lo lejos,
mis oídos has abierto
para que esté más atento.
Mirando al cielo suspiro
y se desliza un deseo,
que me des algo de alivio
cuando caminar no puedo.
Y también mirando al cielo
se me escapa este lamento:
"Tengo que reconocerlo,
para amarte fui muy lento".
Miro alto y miro al cielo,
y a lo grande siempre sueño
porque lucho con esfuerzo,
a tu gracia se lo debo.
Miro al cielo y te recuerdo
cuando aún era pequeño,
ese amor…