El Evangelio de hoy (Mt 13,47-53):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final de los tiempos: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Habéis entendido todo esto?».
Ellos le responden:
«Sí».
Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.
Textos para profundizar:
1030. Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.
1031. La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador:
«Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquel que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro (San Gregorio Magno, Dialogi 4, 41, 3).
827. «Mientras que Cristo, "santo, inocente, sin mancha", no conoció el pecado, sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo, la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación" (LG 8; cf. UR 3; 6). Todos los miembros de la Iglesia, incluso sus ministros, deben reconocerse pecadores (cf. 1 Jn 1, 8-10). En todos, la cizaña del pecado todavía se encuentra mezclada con la buena semilla del Evangelio hasta el fin de los tiempos (cf. Mt 13, 24- 30). La Iglesia, pues, congrega a pecadores alcanzados ya por la salvación de Cristo, pero aún en vías de santificación:
La Iglesia «es, pues, santa aunque abarque en su seno pecadores; porque ella no goza de otra vida que de la vida de la gracia; sus miembros, ciertamente, si se alimentan de esta vida, se santifican; si se apartan de ella, contraen pecados y manchas del alma, que impiden que la santidad de ella se difunda radiante. Por lo que se aflige y hace penitencia por aquellos pecados, teniendo poder de librar de ellos a sus hijos por la sangre de Cristo y el don del Espíritu Santo» (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 19).
Padre David le agradezco por sus explicaciones de la Santa Palabra de Díos. Tambien me hace feliz por la exposición permanente las 24 horas del día de nuestro Señor JESÚS en el Santísimo Sacramento del Altar. DIOS lo colme de bendiciones a usted y a sus colaboradores. Gracias
Gracias padre David, disfruta de tu familia y un buen descanso junto ql padre Alfredo... No olviden rezar por mi preciosa y abrumada Venezuela 🙏🇻🇪
Mt 13:47-53. "Sagenae". "La red".
Estamos en una red,
no podemos escapar,
en una matrix de tiempo,
es el mundo material.
Algunos creen que es un juego,
no les importa engañar,
el pez que tienen al lado
se lo comen y ya está.
Hay peces buenos y malos
y a todos van a pescar,
esturión o tiburón,
en la red acabarán.
Y vendrá la selección
cuando ya llegue el final.
Jesús dice "¿Has entendido?".
Sí, Señor, muy claro está.
Los que cierran sus oídos
creen que tienen libertad
y la red se va estrechando,
no les deja respirar.
El tiempo se está acabando
y sólo saben chillar,
con los dientes rechinando
al horno de fuego van.
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https://youtube.com/@monjasjustinianasonil6039
Espero, con la ayuda de Dios, intentar aprovechar bien esta "postura de pilas", para recorrer el camino de amor hacia Dios y hacia el prójimo.
Y el amor más grande es, no obstante nuestras imperfecciones, ayudar con empeño a que las almas se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad. Para eso ofrecerlo todo y generosamente por la conversión y salvación de los pobres pecadores, especialmente por los más empedernidos y por los que Dios nos ha encomendado, es decir, por nuestra propia familia.
Te pido Señor que disminuyas mis miedos y aumentes mi confianza en Ti, que me des la gracia de encontrar el equilibrio con la guía del Espíritu Santo, aprovechando tanto lo nuevo como lo antiguo…