El Evangelio de hoy (Mt 17,22-27):
✠
EN aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo:
«El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron:
«¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?».
Contestó:
«Sí».
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
«¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?».
Contestó:
«A los extraños».
Jesús le dijo:
«Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».
Textos para profundizar:
Primera Lectura Ez 1,2-5.24-28c
EL cinco del mes —era el año quinto de la deportación del rey Jeconías— vino la palabra del Señor sobre Ezequiel, hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del río Quebar. Allí se posó sobre él la mano del Señor.
Vi un viento huracanado que venía del norte: una gran nube y un fuego zigzagueante con un resplandor en torno, y desde el centro del fuego como un resplandor de ámbar, y en el centro de todo la figura de cuatro seres vivientes.
Este era su aspecto: tenían forma humana.
Y oí el rumor de sus alas cuando se movían, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Todopoderoso, como griterío de multitudes, como estruendo de tropas. Cuando se detenían, replegaban sus alas. También se oyó un estruendo sobre la bóveda que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, replegaban sus alas.
Y por encima de la bóveda, que estaba sobre sus cabezas, había una especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una figura que parecía un hombre.
Y vi un brillo como de ámbar (algo así como fuego lo enmarcaba) de lo que parecían sus caderas para arriba, y de lo que parecían sus caderas para abajo vi algo así como fuego, rodeado de resplandor, como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Tal era la apariencia del resplandor en torno.
Era la apariencia visible de la Gloria del Señor.
Al contemplarla, caí rostro en tierra.
El alma y el conocimiento humano de Cristo
471. Apolinar de Laodicea afirmaba que en Cristo el Verbo había sustituido al alma o al espíritu. Contra este error la Iglesia confesó que el Hijo eterno asumió también un alma racional humana (cf. Dámaso I, Carta a los Obispos Orientales: DS, 149).
472. Este alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental (cf. Mc 6, 38; 8, 27; Jn 11, 34; etc.). Eso correspondía a la realidad de su anonadamiento voluntario en "la condición de esclavo" (Flp 2, 7).
473. Pero, al mismo tiempo, este conocimiento verdaderamente humano del Hijo de Dios expresaba la vida divina de su persona (cf. san Gregorio Magno, carta Sicut aqua: DS, 475). "El Hijo de Dios conocía todas las cosas; y esto por sí mismo, que se había revestido de la condición humana; no por su naturaleza, sino en cuanto estaba unida al Verbo [...]. La naturaleza humana, en cuanto estaba unida al Verbo, conocida todas las cosas, incluso las divinas, y manifestaba en sí todo lo que conviene a Dios" (san Máximo el Confesor, Quaestiones et dubia, 66: PG 90, 840). Esto sucede ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e inmediato que el Hijo de Dios hecho hombre tiene de su Padre (cf. Mc 14, 36; Mt 11, 27; Jn 1, 18; 8, 55; etc.). El Hijo, en su conocimiento humano, mostraba también la penetración divina que tenía de los pensamientos secretos del corazón de los hombres (cf. Mc 2, 8; Jn 2, 25; 6, 61; etc.).
474. Debido a su unión con la Sabiduría divina en la persona del Verbo encarnado, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar (cf. Mc 8,31; 9,31; 10, 33-34; 14,18-20. 26-30). Lo que reconoce ignorar en este campo (cf. Mc 13,32), declara en otro lugar no tener misión de revelarlo (cf. Hch 1, 7).
Para el padre David de Jesús y el padre Alfredo de la Cruz y de María y para toda la familia María con nosotros!!! Espero les guste mucho esta reflexión! Que bueno es el Señor!!! Nos lo cuenta San Mateo con mucho cariño para todos nosotros!!! Un fuerte abrazo en Jesús y María! Que nos bendigan mucho. Mónica.
Bendito y glorioso Jesús gracias por toda la enseñanza de éste evangelio .
Padre David le agradezco mucho el qué usted se preocupe por nuestra vida espiritual que nos hace crecer en el amor y sabiduría de nuestro señor Jesucristo qué tengan un excelente día lleno de bendiciones usted y toda nuestra familia de María con nosotros amén.🙏🏼🙏🏼💚💕♥️🙏🏼🙏🏼
Buenos Dìas.
Querido P. David.
Nuevamente al volver a escucharlo por la gracia de Dios, sinceramente no he tenido dias de tranquilidad, para escucharlo todos los dias. Sus palabras de explicacion del Evangelio me ayuda mucho que a veces algunas palabras no las entendia en tiempos pasados. Ud. lo hace de una manera humilde y sincilla, y tambien es bastante claro, para que uno pueda comprender que es lo que el Señor Jesus nos quiere decir.
Muchisimas gracias P. David.
Que el Señor Jesus, lo guie seimpre con su Santa Sabiduria.
Un abrazo en Jesus, Maria y Jose.
Mt 17:22-27. "Mitte hamum". "Echa el anzuelo".
Cristo conoce el futuro
y ve desde la distancia.
¿Podré darte muchos frutos?
¿Se quedará todo en nada?
Jesús, yo quiero ayudarte,
servirte en lo que me mandas.
¿Podré mi amor demostrarte?
¿Podré cumplir tu palabra?
Estoy en un laberinto,
la misión es complicada,
me he metido en este lío,
no me siento preparada,
Pero me pondré en camino,
en Ti pongo mi confianza,
Tú conoces mi destino.
Si me llamas, soy tu esclava.
Me dices que eche el anzuelo
sin saber bien lo que pasa
y un regalo cae del cielo
que mi caminar allana.
Confiaré más en Ti
sin que me agobie el mañana.
¡Qué bello es en Ti vivir!
Jesús,…
Perdóname Señor por tantas ocasiones que he desperdiciado de preguntarte y de aprovechar innumerables situaciones que si las hubiera dialogado contigo, me habrían hecho crecer en la fe y en el amor a Ti.
Sin embargo, reconozco que Tú me amas en mi fragilidad y que me has venido preparando contínuamente para cada acontecimiento venidero, lo cual te agradezco de todo corazón, ¿qué sería de mí sin Ti?.
Gracias Señor porque me sigues amando incondicionalmente, porque conoces lo más íntimo que hay en mi corazón y me asistes cada instante de mi vida. Gracias por este deseo de conocerte y de permanecer en Ti que me alienta cada instante y me hace desear ver Tu Rostro resplandeciente.
Me fío de…