El Evangelio de hoy (Mt 18,1-5.10.12-14):
✠
EN aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?».
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
«En verdad os digo que, si no os convertís yos hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».
Textos para profundizar:
239. Al designar a Dios con el nombre de "Padre", el lenguaje de la fe indica principalmente dos aspectos: que Dios es origen primero de todo y autoridad transcendente y que es al mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos. Esta ternura paternal de Dios puede ser expresada también mediante la imagen de la maternidad (cf. Is 66,13; Sal 131,2) que indica más expresivamente la inmanencia de Dios, la intimidad entre Dios y su criatura. El lenguaje de la fe se sirve así de la experiencia humana de los padres que son en cierta manera los primeros representantes de Dios para el hombre. Pero esta experiencia dice también que los padres humanos son falibles y que pueden desfigurar la imagen de la paternidad y de la maternidad. Conviene recordar, entonces, que Dios transciende la distinción humana de los sexos. No es hombre ni mujer, es Dios. Transciende también la paternidad y la maternidad humanas (cf. Sal 27,10), aunque sea su origen y medida (cf. Ef 3,14; Is 49,15): Nadie es padre como lo es Dios.
---
Suscríbete a nuestro boletín:
Devuélveme Señor la infancia espiritual, aumenta en mí la capacidad de asombro ante Tu grandeza y Tu Amor infinito. Gracias por ratificarnos que la voluntad del Padre es que no se pierda ninguno de estos pequeños.
Espero que el Señor nos cuente a todos dentro de estos pequeños, por eso humildemente pido a Jesús y a María el don de la humildad para mí y para todos.
Unidos en oración, querida familia de María con nosotros, feliz de saberme la ovejita rescatada y llevada en los brazos del Buen Pastor.
La Paz del Señor
Buenos dias.
Querido P. David
Una alegria de volver escuchado atentamente su reflexion sobre el evangelio del dia.
Muchisimas Gracias.
Un fuerte Abrazo.
Mt 18:1-5, 10, 12-14. "Advocans Jesus parvulum". "Llamando Jesús a un niño".
Llamando Jesús a un niño
lo colocó en medio de ellos:
"En verdad, en verdad os digo,
tenéis que haceros pequeños".
En el mundo material
todo lo damos por hecho,
un triunfo de Satanás,
nos creemos con derechos.
Derecho a yo decidir
lo que hago con mi cuerpo,
derecho a no consentir
que vivan los más pequeños.
Derecho al viejo matar,
derecho a no hacerme viejo,
ya te puedes suicidar
con la ayuda del gobierno.
Derecho al cuerpo amputar,
derecho a cambiar de sexo,
derecho de fornicar, ...
Todo, todo, son derechos.
Mi soberbia ya no quiero
porque no quiero derechos,
lo que quiero es ir al cielo