El Evangelio de hoy (Mt 11,25-27):
✠
EN aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Textos para profundizar:
Primera Lectura Is 10,5-7.13-16
ESTO dice el Señor:
«¡Ay de Asiria, vara de mi ira!
¡Mi furor es bastón entre sus manos!
Lo envío contra una nación impía,
lo mando contra el pueblo que provoca mi cólera,
para saquearlo y despojarlo,
para hollarlo como barro de las calles.
Pero él no lo entiende así,
no es eso lo que piensa en su corazón,
sino exterminar, aniquilar naciones numerosas.
Porque se decía: “Con la fuerza de mi mano lo he hecho,
con mi saber, porque soy inteligente.
He borrado las fronteras de las naciones,
he saqueado sus tesoros
y, como un héroe, he destronado a sus señores.
Mi mano ha alcanzado a las riquezas de los pueblos,
como si fueran un nido;
como quien recoge huevos abandonados,
recogí toda su tierra.
Ninguno batió el ala,
ninguno abrió el pico para piar”.
¿Se enorgullece el hacha contra quien corta con ella?
¿Se gloría la sierra contra quien la mueve?
Como si el bastón moviera a quien lo sostiene,
o la vara sostuviera a quien no es de madera!
Por eso, el Señor, Dios del universo,
debilitará a los hombres vigorosos
y bajo su esplendor
encenderá un fuego abrasador».
Santa Teresa de Jesús. Libro de las Moradas:
“Verdad es que no en todas las moradas podréis entrar por vuestras fuerzas, aunque os parezca las tenéis grandes, si no os mete el mismo Señor del castillo. Por eso os aviso, que ninguna fuerza pongáis, si hallareis resistencia alguna, porque le enojaréis de manera, que nunca os deje entrar en ellas. Es muy amigo de humildad. Con teneros por tales que no merecéis aún entrar en las terceras, le ganaréis más presto la voluntad para llegar a las quintas; y de tal manera le podéis servir desde allí, continuando a ir muchas veces a ellas, que os meta en la misma morada que tiene para Sí, de donde no salgáis más”. (Santa Teresa de Jesús. Libro de las Moradas, Epílogo,2).
Mt 11:25-27. "Pater". "Padre".
Gracias a Dios Padre,
en mí te complaces,
quizás aún no es tarde
para cuenta darme.
No seré un cobarde,
miraré adelante,
si voy a adorarte
tendré que humillarme.
Van a criticarme
a los lobos echarme,
voy a desarmarme
para gloria darte.
Voy a pasar hambre,
desnudo quedarme,
para desligarme
de lo que no vale.
Vas a forma darme,
no voy a quejarme
y vas a podarme,
mi orgullo quitarme.
No quiero enojarte,
tengo que dejarme,
no quiero mandarte,
tu sabrás domarme.
María, mi madre,
me enseña a humillarme
para gloria darte,
quizás aún no es tarde.
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Quiero estar donde Tú me pongas, Señor.
María, Tú que eres la Humildad, compadécete de mi y sígueme transformando.
Me fío de Tí, omnipotencia suplicante.