El Evangelio de hoy (Lc 8,19-21):
✠
EN aquel tiempo, vinieron a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces le avisaron:
«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte».
Él respondió diciéndoles:
«Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Textos para profundizar:
IV. La familia y el reino de Dios
2232. Los vínculos familiares, aunque son muy importantes, no son absolutos. A la par que el hijo crece hacia una madurez y autonomía humanas y espirituales, la vocación singular que viene de Dios se afirma con más claridad y fuerza. Los padres deben respetar esta llamada y favorecer la respuesta de sus hijos para seguirla. Es preciso convencerse de que la vocación primera del cristiano es seguir a Jesús (cf. Mt 16, 25): “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí” (Mt 10, 37).
2233. Hacerse discípulo de Jesús es aceptar la invitación a pertenecer a la familia de Dios, a vivir en conformidad con su manera de vivir: “El que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, éste es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mt 12, 49).
Los padres deben acoger y respetar con alegría y acción de gracias el llamamiento del Señor a uno de sus hijos para que le siga en la virginidad por el Reino, en la vida consagrada o en el ministerio sacerdotal.
La virginidad por el reino de Dios
1618. Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con Él ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales (cf. Lc 14,26; Mc 10,28-31). Desde los comienzos de la Iglesia ha habido hombres y mujeres que han renunciado al gran bien del matrimonio para seguir al Cordero dondequiera que vaya (cf. Ap 14,4), para ocuparse de las cosas del Señor, para tratar de agradarle (cf. 1 Co 7,32), para ir al encuentro del Esposo que viene (cf. Mt 25,6). Cristo mismo invitó a algunos a seguirle en este modo de vida del que Él es el modelo:
«Hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda» (Mt 19,12).
1619. La virginidad por el Reino de los cielos es un desarrollo de la gracia bautismal, un signo poderoso de la preeminencia del vínculo con Cristo, de la ardiente espera de su retorno, un signo que recuerda también que el matrimonio es una realidad que manifiesta el carácter pasajero de este mundo (cf. Mc 12,25; 1 Co 7,31).
Jesús gracias por enséñame atravez del evangelio como debe ser la relación en la familia con el gran ejemplo de tu Santísima Madre te pido tu santo espíritu para poder en nuestra familia llevarlo acabo amén .
Padre David muchas gracias por la enseñanza y el tiempo que usted le dedica a nuestra familia de María con nosotros un abrazo lleno de bendiciones.🙏🏼🙏🏼💚💗
Buenos dias.
Querido P. David.
Que alegria volver a escucharlo, por gracia de Dios.
un abrazo en Jesus, Maria y Jose.
Señor imprimiste en mi corazón esta verdad:
La del cielo es mi familia y me ama tanto que me ha regalado la familia de la tierra para con ella alcanzar la santidad. Pero además me regala una familia espiritual y una familia humana.
Déjame estar muy cerquita tuyo para llenarme de Ti, para cuidar mi relación contigo sabiendo que eres mi primer y más grande amor, pues amándote a Ti el primero, podré amar mejor a todos y pedirte la santidad para todos.
Gracias Jesús porque me sigues enseñando a amar en libertad, a amar en Ti.
La Paz del Señor, el amor delicado de María.
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