El Evangelio de hoy (Mt 9,35-10,1.5a.6-8):
✠
EN aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.
Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».
Entonces dice a sus discípulos:
«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».
Llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Gratis habéis recibido, dad gratis».
Textos para profundizar:
Oración colecta
OH, Dios,
que para librar a la humanidad
de la antigua esclavitud del pecado
enviaste a tu Unigénito a este mundo,
concede a los que esperamos con fe el don de tu amor,
alcanzar la recompensa de la libertad verdadera.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera Lectura Is 30,19-21.23-26
ESTO dice el Señor, el Santo de Israel:
«Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén,
no tendrás que llorar,
se apiadará de ti al oír tu gemido:
apenas te oiga, te responderá.
Aunque el Señor te diera
el pan de la angustia y el agua de la opresión
ya no se esconderá tu Maestro,
tus ojos verán a tu Maestro.
Si te desvías a la derecha o a la izquierda,
tus oídos oirán una palabra a tus espaldas que te dice:
“Éste es el camino, camina por él”.
Te dará lluvia para la semilla
que siembras en el campo,
y el grano cosechado en el campo
será abundante y suculento;
aquel día, tus ganados pastarán en anchas praderas;
los bueyes y asnos que trabajan en el campo
comerán forraje fermentado,
aventado con pala y con rastrillo.
En toda alta montaña,
en toda colina elevada
habrá canales y cauces de agua
el día de la gran matanza, cuando caigan las torres.
La luz de la luna será como la luz del sol,
y la luz del sol será siete veces mayor,
como la luz de siete días,
cuando el Señor vende la herida de su pueblo
y cure las llagas de sus golpes».
María, Tú el primer tabernáculo, contienes e irradias la Luz que es Tú amadísimo Hijo, Jesús.
Madre mía, gracias por Tu Amor de Madre, gracias por todo lo que vienes suscitando en mi alma y en la Iglesia. Gracias por los grandiosos regalos que he recibido y sigo recibiendo de Tus manos maternas. Gracias porque secundas a Tu Hijo y te preocupas de que no estemos como ovejas sin pastor. Sé que cuidas amorosamente del Padre Alfredo, del Padre David y de ésta familia espiritual.
Te quiero Mamá, escóndeme bajo tu manto, Tú conmigo y yo contigo siempre ❤️🌹.
Con gozo renuevo mi consagración a Tu Inmaculado Corazón.
¡La Paz del Señor!
Gracias! Muchas bendiciones por enseñarnos a querer cada vez más a nuestra Madre Santísima la Virgen. Viva la Inmaculada Concepción! Viva!