Evangelio de hoy viernes 15 agosto 2025. La Asunción de María (Lc 1,39-56)
- María con nosotros
- 14 ago
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El Evangelio de hoy (Lc 1,39-56):
✠
EN aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia”
‒como lo había prometido a “nuestros padres”‒
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.
Textos para profundizar:
Antífona de entrada Cf. Ap 12,1
Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Oración colecta
DIOS todopoderoso y eterno,
que has elevado en cuerpo y alma a la gloria del cielo
a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo,
concédenos que, aspirando siempre a las realidades divinas,
lleguemos a participar con ella de su misma gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA Ap 11,19a;12,1.3-6a.10ab
SE abrió en el cielo el santuario de Dios, y apareció en su santuario el arca de su alianza.
Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; y está encinta, y grita con dolores de parto y con el tormento de dar a luz.
Y apareció otro signo en el cielo: un gran dragón rojo que tiene siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas, y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra.
Y el dragón se puso en pie ante la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo cuando lo diera a luz.
Y dio a luz un hijo varón, el que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro, y fue arrebatado su hijo junto a Dios y junto a su trono; y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios.
Y oí una gran voz en el cielo que decía:
«Ahora se ha establecido la salvación y el poder y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo».
Oración sobre las ofrendas
SUBA a tu presencia, Señor,
la ofrenda de nuestra devoción,
y, por intercesión de la santísima Virgen María,
elevada al cielo,
haz que nuestros corazones,
encendidos en el fuego de tu amor,
tiendan constantemente hacia ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Extracto del Prefacio de la Santa Misa:
Porque hoy ha sido elevada a los cielos
la Virgen, Madre de Dios;
ella es figura y primicia de la Iglesia,
que un día será glorificada;
ella es ejemplo de esperanza segura
y consuelo del pueblo peregrino.





Me encomiendo en este día especial de la Asunción de la Stma. Virgen María, por mi total conversión y transformación de mi corazón. Que así sea. Bendiciones.
Te pido Espíritu Santo me sumerjas en los misterios de Amor del Inmaculado Corazón de María, mi Madre, camino seguro para llegar al Cielo.
Y mientras llega el momento del encuentro definitivo, celebro con gozo el que la dulce Reina, esperanza segura y consuelo de quienes vamos a su encuentro, sea la primicia de toda la gloria venidera.
Tú sabes Madre cuan importante es la solemnidad de tu Asunción para mi. No ceso de agradecerte por tantos detalles de amor delicado que has tenido conmigo y con mi familia que se fundó un 15 de agosto con la bendición sacramental de Tu Hijo, Nuestro Señor.
Alabado sea por todos y por siempre.
Unidos en oración querida familia, la Paz del…