Oración de la mañana. 21 agosto 2025.
- María con nosotros
- 21 ago
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¡La Paz del Señor, querida familia!
Os invitamos a comenzar el día orando juntos como familia espiritual, reunidos en torno al Corazón Eucarístico de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.
Oración de ofrecimiento del día y consagración al Corazón de Jesús:
Ven Espíritu Santo
inflama nuestros corazones
en las ansias redentoras del Corazón de Cristo
para que ofrezcamos de veras
nuestras personas y obras
en unión con Él
por la redención del mundo
Señor mío y Dios mío Jesucristo
por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón
y me ofrezco contigo al Padre
en tu Santo Sacrificio del altar
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial
por el Papa y sus intenciones,
por nuestro Obispo y sus intenciones,
por nuestro párroco y sus intenciones,
por nuestra familia espiritual, María con nosotros, y sus necesidades.
Consagración a María
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,
yo me ofrezco del todo a ti
y en prueba de mi filial afecto
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón.
En una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo,
oh Madre de bondad,
guárdame y defiéndeme
como cosa y posesión tuya.
Amén.
NOTA: Si la oración no comienza desde el principio puedes pulsar en el vídeo y deslizar la línea de tiempo al inicio.




Jesús, el lugar más íntimo de mi alma sea Tu morada, allí donde anhelo y busco el dulce encuentro con Mi Señor.
Por todas las riquezas que nos das a través de la Iglesia, Te glorificamos Señor.
Gracias Padre Alfredo por convocarnos a la oración diaria que nos ayuda a crecer espiritualmente. Sus intenciones y las de toda nuestra familia María con nosotros están en mi oración personal. La Paz del Señor
Mi Señor te doy gracias por toda la paciencia que tienes conmigo, todo el amor que me demuestras y la ayuda de las personas que has puesto en mi vida.
Te pido que se haga tu voluntad en mí y en todos los que llevo en mi corazón.
Danos, a todos tus hijos, el discernimiento de salvar nuestras almas.
Amén
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