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Oración de la mañana. 27 diciembre 2025.

¡La Paz del Señor, querida familia!


Os invitamos a comenzar el día orando juntos como familia espiritual, reunidos en torno al Corazón Eucarístico de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.


Benedictus


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo,

por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

realizando la misericordia

que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tinieblas

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.


Oración de ofrecimiento del día y consagración al Corazón de Jesús:


Ven Espíritu Santo

inflama nuestros corazones

en las ansias redentoras del Corazón de Cristo

para que ofrezcamos de veras

nuestras personas y obras

en unión con Él 

por la redención del mundo

 

Señor mío y Dios mío Jesucristo

por el Corazón Inmaculado de María

me consagro a tu Corazón

y me ofrezco contigo al Padre

en tu Santo Sacrificio del altar

con mi oración y mi trabajo,

sufrimientos y alegrías de hoy

en reparación de nuestros pecados

y para que venga a nosotros tu Reino.

 

Te pido en especial

por el Papa y sus intenciones,

por nuestro Obispo y sus intenciones,

por nuestro párroco y sus intenciones,

por nuestra familia espiritual, María con nosotros, y sus necesidades.


Consagración a María


¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,

yo me ofrezco del todo a ti

y en prueba de mi filial afecto

te consagro en este día

mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón.

En una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo,

oh Madre de bondad,

guárdame y defiéndeme

como cosa y posesión tuya.

Amén.


NOTA: Si la oración no comienza desde el principio puedes pulsar en el vídeo y deslizar la línea de tiempo al inicio.



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