Adoramos a Jesús, presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, y contemplamos los misterios de su vida unidos a la Virgen María, nuestra Madre, mediante el rezo del Santo Rosario.
Contemplamos hoy los Misterios Gozosos:
La Anunciación del ángel a María y la Encarnación del Hijo de Dios
La Visitación de María a Santa Isabel
El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén
La Presentación del Niño Jesús en el templo y la Purificación de la Santísima Virgen María
El Niño Jesús perdido y hallado en el templo
El Padre de las Misericordias quiso que precediera a la Encarnación la aceptación de parte de la Madre predestinada, para que así como la mujer contribuyó a la muerte, así también contribuirá a la vida. Lo cual vale en forma eminente de la Madre de Jesús, que dio al mundo la vida misma que renueva todas las cosas y que fue adornada por Dios con dones dignos de tan gran oficio. Por eso, no es extraño que entre los Santos Padres fuera común llamar a la Madre de Dios toda santa e inmune de toda mancha de pecado y como plasmada por el Espíritu Santo y hecha una nueva criatura. Enriquecida desde el primer instante de su concepción con esplendores…
La Sagrada Escritura, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, y la venerable Tradición van mostrando de manera cada vez más clara la función de María en la historia de la salvación y vienen como a ponerla delante de los ojos. Los libros del Antiguo Testamento describen la historia de la salvación en la que se va preparando, paso a paso, la venida de Cristo al mundo. Estos primeros documentos, tal como se leen en la Iglesia y se interpretan a la luz de la plena revelación ulterior, iluminan poco a poco con más claridad la figura de la mujer, Madre del Redentor. Bajo esta luz, ella aparece proféticamente en la promesa hecha a nuestros primeros padres acerca de…