Jesús, enséñanos a orar. Que tu Palabra sea lámpara para nuestros pasos, luz en nuestro sendero.
María, alcánzanos de tu Hijo, al que adoramos presente en el Santísimo Sacramento, la gracia de vivir siempre de la Palabra salida de sus labios.
Jesús, enséñanos a orar. Que tu Palabra sea lámpara para nuestros pasos, luz en nuestro sendero.
María, alcánzanos de tu Hijo, al que adoramos presente en el Santísimo Sacramento, la gracia de vivir siempre de la Palabra salida de sus labios.
Desde que le escucho, he tomado el camino de mi corazón y he bajado a mi interior. Estoy descubriendo el lugar del corazón, donde estoy unida a Dios, donde recibo la perfección de su Amor. Voy de sorpresa en sorpresa, de gracia en gracia. Es un camino que anhelaba desde hace tanto tiempo. Gracias....
Señor no concibo mi vida sin Ti y sin la dulce Madre Inmaculada. Ustedes siguen transformando mi vida, llenando mis días de amor infinito. Pido la gracia de, al menos, intentar corresponder a tanto amor, con la ayuda de Tu Santo Espíritu para agradar al Padre.
Perdóname Señor porque también yo he comido del árbol, gracias porque me perdonas y me animas a vivir en gracia teniendo siempre presente mi fragilidad y mi pecado. Gracias por rescatar a la humanidad y escribir una nueva historia de salvación. Gracias Madre Inmaculada porque conquistaste mi corazón para Ti y para Tu Hijo, dame perseverancia en este deseo de ser toda tuya y defiéndeme del enemigo. Madre, contigo proclama mi alma las grandeza…
¡Oh María sin pecado concebida ruega por nosotros que acudimos a ti!