El Evangelio de hoy (Lc 19,41-44):
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EN aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
«¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».
Gracias Padre David por tan hermosa reflexión, me hace mucho bien. Gloria a Dios, que la Virgen Santísima le acompañe siempre.
Señor mío y Dios mío, concédeme la gracia de morir a Tu lado para poder vivir contigo adorándote por toda la eternidad.
Mientras tanto, permite que me acerque a Ti para consolarte, para secar tus lágrimas con mis besos y para amarte por los que no te aman.
Te ofrezco mi vida y oraciones por la conversión de todos, especialmente por las almas que no te albergan.
Dame un alma niña que celebre cada día la gracia infinita de saberme tan amada por Tí para cantar sin cesar las grandezas de Tu misericordia.
Celebro con gozo la fiesta de la presentación de María, mi Madre, mi Reina y renuevo mi consagración a ella y la de todos los que le…
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