El Evangelio de hoy (Mt 25,1-13):
✠
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz:
“¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las prudentes:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
“Señor, señor, ábrenos”.
Pero él respondió:
“En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Textos para profundizar:
San Juan de la Cruz. Dichos de luz y amor:
34. Un solo pensamiento del hombre vale más que todo el mundo; por tanto, sólo Dios es digno de él.
Buen y bendecido día a todos mis queridos hermanos, Padre David...gracias por estar allí cada día, con tanto amor y dedicación por cada uno de nosotros
Que el aceite no se acabe en mí vida, que pueda orar, orar y orar como dice nuestra Madre, mí amada Reina de la Paz...Que el interés y la intensidad, como usted dice Padre colmen mí día a día, mi corazón. Madre no permitas que me aparte, no permitas que las distracciones de la vida me lleven a alejarme de las cosas del Señor
Amen!!! Que la Reina de la Paz os bendiga con su bendición maternal, Madre ruega por nosotros y por la Paz del mundo entero... Amén
Quien espera al amor de su vida y tarda en llegar ¡cuanta angustia hay en ese corazón! Las horas se le hacen interminables, el tiempo una tortura. ¿Puede el tiempo ser una cruz a esta alma? Yo creo que sí, todo aquello que distancie al amor de su alma es causa de sufrimiento a esta alma enamorada. La llegada del esposo Jesús, es ese tiempo en que vendrá a buscarla al final de su vida de este mundo para llevarla definitivamente a vivir con Él en el Paraíso, en el Cielo. La muerte para el alma cristiana es el anuncio de la boda tan deseada. Una boda aquí en la tierra es sinónimo de celebración, de fiesta, de alegría. Y…
¡Pon aceite inagotable en mi lámpara Señor!
Pon en mi alma el intenso deseo de amarte totalmente y de encontrarme contigo, ahora y para siempre.
Que mis pensamientos y mis acciones sean para Ti, que Tu seas siempre el primero.
Madre mía, sintoniza mis oídos y mi corazón con Tu voz maternal, que nunca deje de escucharte y de obedecerte.
¡La Paz del Señor, la voz de María!
Mt 25:1-13. "Lampadas". "Lámparas".
El aceite se acabó,
estaba desprevenida,
desatendí la oración
y me he quedado dormida.
Quería entrar en el cielo
pero no me conocían,
mis amigas están dentro
pero nadie las avisa.
Afuera habrá que esperar
y parece que no hay prisa,
por mí deberán orar,
para entrar aún no estoy lista.
Hay ruidos y oscuridad
y la noche está muy fría,
voy un poco a caminar
entre las sendas sombrías.
Y me voy a lamentar
porque no fui precavida.
¿Pero cuándo me abrirán?
Mi alma se purifica.
Toda la noche esperando,
ya está clareando el día,
María me está llamando
con su lámpara encendida.
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