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Evangelio de hoy 31 marzo 2024 (Jn 20,1-9) Padre David de Jesús. Domingo de Resurrección.

El Evangelio de hoy (Jn 20,1-9):


EL primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.


Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: 


    «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».


Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.


Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.


Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.


Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. 


Textos para profundizar:

Concilio Vaticano II. Gaudium et spes:

Cordero inocente, por su sangre libremente derramada, mereció para nosotros la vida, y en Él Dios nos reconcilió consigo y entre nosotros y nos arrancó de la esclavitud del diablo y del pecado, de modo que cualquiera de nosotros puede decir con el Apóstol: El Hijo de Dios «me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Gal 2,20). Padeciendo por nosotros, no solo nos dio ejemplo para que sigamos sus huellas, sino que también instauró el camino con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren un sentido nuevo.

El hombre cristiano, conformado con la imagen del Hijo, que es el Primogénito entre muchos hermanos, recibe «las primicias del Espíritu» (Rom 8,23), que le capacitan para cumplir la nueva ley del amor. Por medio de este Espíritu, que es «prenda de la herencia» (Ef 1,14), se restaura internamente todo el hombre hasta la «redención del cuerpo» (Rom 8,23 ): «Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también vida a vuestros cuerpos mortales por virtud de su Espíritu que habita en vosotros» (Rom 8, 11) 37. Ciertamente urgen al cristiano la necesidad y el deber de luchar contra el mal con muchas tribulaciones y también de padecer la muerte; pero asociado al misterio pascual, configurado con la muerte de Cristo, fortalecido por la esperanza llegará a la resurrección. (Concilio Vaticano II. Gaudium et spes 22 c-d).

Oración colecta

OH, Dios,

que en este día, vencida la muerte,

nos has abierto las puertas de la eternidad

por medio de tu Unigénito,

concede, a quienes celebramos

la solemnidad de la resurrección del Señor,

que, renovados por tu Espíritu,

resucitemos a la luz de la vida.

Por nuestro Señor Jesucristo.


SEGUNDA LECTURA (opción 1) (Colosenses 3,1-4)

HERMANOS:

Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.



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